Aun no lo supero

De repente simplemente amaneció y mi hermana ya tenia sus maletas echas, se suponía que el día había llegado. Por fin se mudaría con su novio al departamento que tenían, digo que tienen tan pero tan lejos de mi casa, Bellavista.

Mi casa queda en Chorrillos y para ir a visitar a mi hermana realmente hay que hacer un viaje interprovincial, felizmente que ahora existe el metropolitano o sino que seria de mi. Recuerdo que las primeras veces que iba a visitarla, el Sr. Orlando nos llevaba y aun así llegábamos en 50 minutos, recorriendo toda la autopista de la playa.

Pero tiempo después mi madre decía que salia muy caro ir en taxi y que la próxima vez iríamos en micro. Así que por fin llego el día y nos en rumbamos con el metropolitano hasta la plaza 2 de mayo.

Aunque en la foto se vea hermosa la plaza, no la tiene tan limpia como aparenta

De ahí cruzas por un par de calles para tomar el siguiente micro que te deja en casa de mi hermana y es aquí donde casi muero de un infarto, no es que sea una exagerada pero ver tantas caritas tan feas me puso nerviosa, me le pegue como chicle a mi madre y lo único que hacia era mirarla a ella y nada mas, lo único que quería en ese instante era subir al micro, aunque tampoco eso me inspiraba confianza.

La verdad es que soy una miedosa de mierda, ver las calles sucias y con un panorama desolador así como a gente de mal vivir me atemoriza en todo aspecto. Cuando dije que vi caritas feitas, me refería a gente que tenia pinta de ladrones, drogadictos, ex presidiarios, en fin, todo tipo de calificativo malo y nada bueno.

Yo de Chorrillos y todo distrito aledaño no paso, aunque he ido a Gamarra y no me parece tan malo como me lo habían pintado, sin embargo la Plaza 2 de Mayo supero todas mis expectativas.

Ahora gracias a mi hermana casi he solucionado mi miedo a ver a esos tipos del paradero, todavía siento un poco de temor por eso he optado por ir por las mañanas y cuando siento que es muy tarde prefiero quedarme en su depa. Aun así es imposible toparse con los cobradores con su corte respectivo en la piel, así todo maleadaso o los tatuajes característicos.

Hoy que regresaba de ahí  me lleve el susto de mi vida. Un tipo que ni siquiera vi venir, trato de jalar de mi brazo y yo solo atine a correr y correr sin mirar a ningún lado. Hasta que llegue al paradero del metropolitano y la calma vino en mi.